La sonrisa interior. Por medio de la sonrisa se abre la capacidad de sentir, abriendo por primera vez la comunicación con nuestra estructura.
Los seis sonidos curativos abren una vía de comunicación con los órganos internos y transforman las memorias emocionales quitando las “piedras del pasado” que restan vitalidad.
La órbita microcósmica genera un sentimiento de poder personal y establece un centro desde el cual aumenta nuestra capacidad de realizar nuestros propósitos con eficacia.
La postura del árbol alinea la estructura ósea y el sistema de meridianos mejorando la circulación y restableciendo las relaciones entre las diferentes partes del cuerpo, la mente y el entorno.
Quien practica regularmente éstas sencillas y potentes técnicas se encamina poco a poco hacia la comprensión por experiencia directa de los principios del Tao, del encaminarse. En su expresión más simple es la salud, entendida como el resultante de la armonía en cuerpo, mente y espíritu. En su desarrollo ulterior despliega el potencial más elevado del ser humano.