El corazón es el rey de los órganos.
Es en el corazón en donde nacen las emociones. Esto se traduce en que todos los estados de ánimo afectan al corazón, y por tanto, afectan a la sangre. Y si afectan a la sangre, que es el elemento que suministra oxígeno y alimento a cada célula, afectan al cuerpo entero.
Cuando en el Tao hablamos del corazón, no solo hablamos del corazón físico, el cual es una parte, sino a todo un sisteme bioenergético. Todo el sistema circulatorio es corazón. La sangre es corazón también.
La sede de la mente profunda radica en el corazón. La inspiración y la intuición nacen en el corazón.
Un corazón que late lento y constante sostiene una mente clara y serena. Un corazón agitado o arrítmico provoca inestabilidad mental y estrés.
Por eso es importante cuidar el corazón, al órgano y al sistema. A ese sistema se le denomina «fuego», y además del sistema circulatorio, también lo integra el intestino delgado y la lengua es su ventana al mundo. Quizás por eso besemos con la lengua, para unir los corazones.
El la zona del intestino delgado se encuentra el sistema nervioso entérico, llamado el «segundo cerebro». Es la sede de los instintos y del inconsciente.
La energía del fuego es luminosa, expansiva e integradora.
Así, los movimientos expansivos relajan y fortalecen el corazón. Los pies conectados con la tierra lo equilibran.
Una buena secuencia de chi kung para el corazón tiene movimientos amplios, estira el meridiano del corazón, utiliza su sonido curativo y aumenta su energía; como el chi kung que os ofrezco en este vídeo:
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